lunes, 30 de mayo de 2016

Conversatorio "Cómic, género y feminismo" 17 de febrero. Texto leído por Lesbilais.

Para empezar este conversatorio, me gustaría aclarar que hablaré desde mi postura como lesbo-feminista. El lesbofeminismo nació al comprender que la heterosexualidad es una imposición del sistema patriarcal. Desde esa postura se inicia una lucha contra esta imposición que se expresa en la sexualidad (y sobre muchas otras prácticas que se dan en el patriarcado: El colonialismo, racismo y clasismo) desde ese lugar comienza mi propia reflexión sobre cómo mostrar este tipo de feminismo en una sociedad conservadora como la chilena. Como autora de comic y como mujer lesbiana chilena y pobre, he estado inserta en un mundo donde los privilegios no han estado presentes en mi vida. Me han violentado más de una vez en la calle al gritarme estupideces como gorda, fea, linda, rica, te chuparía el choro, te voy a violar y otras “lindas” frases muy ocurrentes de hombres que tienen el cerebro en alguna de sus bolas. Nos violentan en la publicidad, convenciéndonos que “el enemigo” está en lo correcto al pegarnos, tratarnos como un ser inferior o dejándonos en la dicotomía de mujer objeto/ mujer dueña de casa. Gano menos por el hecho de ser mujer y si quiero estar en el mundo privado de la salud tengo que pagar más por el sólo hecho de estar en “edad fértil”… a pesar que siempre les digo: “Soy lesbiana, no tengo intenciones de tener hijos”. Por el mismo hecho de ser lesbiana me han discriminado de todas las formas posibles en la calle, en bares y en locales de comida, obligándonos a ir a ghetos, porque ahí es donde tenemos que estar, odio Bellas artes, el gheto para el gay con plata, blanco, heteronormado.

El mundo del cómic no está ajeno a este tipo de violencia. Se da ya con el simple hecho que en la mayoría de ellos se nos pone como un ser desvalido que debe ser salvado, o el ser con el concepto de perfección que rige la heteronorma, mujeres 90-60-90 que salvarán al mundo en sus microtrajes y sus pechos arriba y firmes. Solo hay que ver que hasta en el “primer mundo”, hace unas semanas estaba en boga el tema de mujeres creadoras de cómic, por el festival de Angulema donde ninguna mujer figura entre los treinta candidatos a su gran premio. Me carga compararme con países europeos pero si allá, donde supuestamente todo es tan perfecto las mujeres todavía vivimos excluidas, acá en Chile eso que se vivió en Francia es pan de cada día. Personalmente me he sentido excluida de círculos en teoría “progres” de la ilustración y el cómic al no tomarme en cuenta como una autora real y seria, a pesar de llevar ya 8 años publicando cómics. Muchos de esos “grandes del cómics chileno” son gente con “valores” o que creen que al tener un cómic publicado hace millones de años son mejores que yo, a pesar de que publico mínimo cada dos semanas gracias a internet. Muchos de estos “artistas de la ilustración famosos por su trabajo” me miran en menos porque todavía está esa idea de que el cómic es una obra de arte. Para mí no es así, el cómic tiene que comunicar. No sirve de nada un cómic bien dibujado si el contenido es una mierda (Sí, obvio que hay cómic bien dibujados y con contenido, pero no puedes desprestigiar a un/a compañera/o solo por su dibujo) o es una copia de todo lo que se ha venido haciendo hace años; comic que nos violentan como género femenino, cómic que nos dejan como mujeres desvalidas o cómic donde no existen protagonistas mujeres. Solo hagamos el test de Bechdel (nacido del mundo del cómic, por cierto) y hagamos estas preguntas a famosos cómic chilenos, como por ejemplo, condorito: 1. En el cómic salen al menos dos personajes femeninos. (Podemos decir, sí, doña tremebunda y yayita) 2. Dichos personajes se hablan la una a la otra en algún momento. (Sí) 3. Dicha conversación tiene que tratar de algo más que no sea un hombre (no limitado a relaciones románticas, por ejemplo dos hermanas hablando de su padre no pasa el test). (No, siempre están hablando de condorito, hombres o cualquier tema normado por la sociedad) Una variante del test exige que, además, las dos mujeres sean personajes con nombre (doña tremebunda y yayita… ¿ hay algo más indignante que los dos personajes femeninos más famosos del cómic chileno se llamen así de horrible?) . Estas tres simples reglas, si se aplican a la inversa, es decir, respecto a los hombres, daría como resultado que en la práctica la totalidad de los cómic cumplen el requisito para los hombres; por el contrario, si se aplica según su diseño original, el resultado es devastador. Aparte, me gustaría comentar que muchos de estos “grandes de la historieta”, no les interesan mis cómic por su contenido lésbico. Para todxs ellxs, solo decirles que en este país y en Latinoamérica, los cómic lésbicos son muy pocos. ¿Cómo no realizar historietas lésbicas si no hay producción hecha por y para lesbianas? No, pero claro, para ellos soy una especie de “lesbinazi” que no piensa en las prioridades de los heterosexuales. Pobres, pobres heterosexuales, nadie piensa en ellos, obvio.

Además, tenemos que tener claro de que el cómic acá en chile es un medio que todavía se considera “para niños”. Sí, algunos son para niños, pero ojalá tú, adulto que tienes el corazón muerto por convertirte en un adulto sin gracia y sombrío, alguna vez tomes un cómic de tu hijo/primo/hermano/etc y veas lo hermoso e importante del mensaje que se envía en esas viñetas, que no solo se hacen para niños, sino que también para ese adulto que todavía ve las cosas con alma de niño.

Es en este mundo, donde nosotras, hemos querido insertar nuestras historias. Es de suma importancia que existan mujeres en el cómic, mostrando la realidad que vivimos cada día. Dando a conocer el machismo, el sexismo y el mundo que el patriarcado nos construyó. Un mundo donde la gran mayoría de nuestras compañeras todavía lleva una venda en los ojos, donde cree que está correcto el amor romántico y violento, donde se les dice cómo vestir y a quien amar. Por eso nosotras, las mujeres feministas creadoras de cómic, tenemos que utilizar este medio como un factor de cambio, lograr quitar esa venda y cadenas de las mujeres oprimidas y dejar de negarnos, de invisibilizarnos entre nosotras y dejar de ponernos trancas. Tenemos que unirnos, respetarnos, educarnos de nuevo, solidarizar y reconocer nuestros trabajos. De una vez por todas, por fin, las mujeres, tenemos que crear sororidad*.






Victoria Rubio. Comiquera, Feminista y Lesbiana pobre.


*Sororidad: Solidaridad y concordia entre mujeres, que implica un reconocimiento mutuo, plural y colectivo.





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